El viaje fue un regalo de cumpleaños para mi amiga, compañera y madre de mi hija. Necesitavamos un pequeño respiro, una pausa en el frenético ritmo diario.
Entre los muchos hoteles que en la ciudad romana se encuentran, seleccioné uno que por precio, cercanía y modernidad, me pareció el más idóneo para pasar 3 días.
Todos los hoteles que veía por el centro de la ciudad, a parte de más caros, eran más antiguos, muchos de ellos restaurados, ademas, no son el tipo de hotel que nos gusta.
Es un hotel moderno, construido en el 2010, con unas
camas king size que hacen las delicias del dormir a "pata
suelta" o lo que apetezca.
A nuestra llegada al aeropuerto de Fiumicino
nos dirigimos a coger el tren Leonardo
Express, que iba directo a la estación central de Termini
y de allí en el autobús 105 hasta el hotel.
Cuando nos acercavamos al hotel comenzó a nevar,
teníamos la ola
de frio Siveriana justo encima, menos mal que nos dejó llegar a
Roma y aterrizar.
Después de acomodarnos en el hotel y ver el panorama
que la ventana nos mostraba, decidimos ataviarnos con ropa de abrigo
y chubasqueros e intentar ver algo de Roma.
Después
de caminar unos minutos y ver el panorama, la ciudad comenzó a
colapsarse, los coches no se podían mover, cada vez nevaba más y
decidimos volvernos al hotel, esperar al día siguiente.
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Eran las ocho de la mañana cuando el despertador del
móvil sonó, queríamos aprovechar el día, puesto que el anterior
fue imposible. El día amaneció más calmado, parecía que el sol
quería salir en cualquier momento.
Bajemos a desayunar, lo típico que se desayuna en
estas ocasiones, beacon, huevos revueltos, tostadas, jamón, etc. Lo
típico que se desayuna en casa, no? Jejejeje...
Con la panza bien llena y las pilas bien cargadas nos
dispusimos a ver la ciudad.
Cogimos el metro de la linea A, ( en Roma solo hay dos
lineas de metro A y B, que se cruzan en Termini ) andando 5min. desde
el hotel dirección el Vaticano. El metro iba a reventar puesto que
no funcionaban ni los trenes ni los autobuses por la gran nevada.
Al llegar a nuestro destino y salir de la boca del
metro, toda la muchedumbre se dirigía hacía la Piazza San Pietro.
La Plaza San Pietro rodeada de, como diría yo, una
imponente a la vez que ostentosa linea de columnas gigantescas. No es
más que la intención de querer mostrar un aspecto austero, pero a
la vez de poder.
Después de ver la cola que havia para poder visitar la
basílica y el precio de la entrada, decidimos no subvencionar más
el gran patrimonio de ese pequeño país y sus habitantes.
Nos dirigimos calle abajo por la Via della
Conciliazione, dirección el Castel Sant'Angelo.
Mientras
caminavamos pudimos ver una cosa curiosa, una monja se prestó
voluntaria para que la gente la retratase, parecía que entendía lo
excepcional de la situación con la nevada.
El Castel Sant'Angelo es una construcción imponente
que no pasa desapercibida a los ojos del turista, este castillo a
sido refugio de pestes, guerras y saqueos, de los papas del Vaticano.
Tiene un corredor que comunica directamente con la ciudad.
Atravesemos
el río Tíber por el puente, que lleva el mismo nombre del castillo,
dirección la Piazza Navona.
Y desde allí hacia el Pantheon que se encontraba
cerrado, como muchas de las construcciones que se podrían visitar en
un día normal.
Nos dirigimos hacia el norte a visitar la famosa Piazza
Spagna desde la cual se puede ver una buena perspectiva de la ciudad
romana.
Después hacia el sur a ver la archiconocida Fontana di
Trevi ( tre víe = tres vías ). Una construcción de Bernini, es la
más grande de toda Roma.
Como dice la canción de Frank
Sinatra y la leyenda, hay que lanzar tres monedas a la fuente con
la mano derecha por encima del hombro izquierdo.
La Piazza Venezia, situada en el centro de Roma y a
medio camino de nuestra caminata de siete horas por la ciudad, se
identifica claramente por el monumento a Victor Manuel II, una
construcción blanca e inmensa.
Al
lado del monumento a Victor Manuel II esta el foro romano, los restos
de los antepasados de la ciudad, que aún hoy en día continúan los
trabajos arqueológicos.
Dirigiéndonos más al sur encontramos, lo que por
norma general, cuando alguien le hablas de roma le viene a la mente,
el Colosseo. Imagen de tantas y tantas películas de romanos y
gladiadores.
Algunas fotos más